domingo, 1 de abril de 2007

enfoque a mil!!


Me llamo la atención esta foto. Sirve para que los que veis bien, empatizeis con los que nos hemos visto frotándonos los ojos una y otra vez sin conseguir enfocar. Aunque bueno, no hay que ser miope para ver así, no? con algunos cubatas teneis suficiente. Alguna situación en la que habeis visto tan mal? lo recordais?



jueves, 29 de marzo de 2007

Las apariencias engañan

Joan salió de la casa con prisa, para hacer el último trámite antes de partir a Londres, ciudad que lo acogería al menos por un par de años, donde tenía planificado estudiar inglés y perfeccionarse en el arte de la tipografía. La despedida sería esa misma noche en casa, claro, había que hacerle al menos una cena y un brindis de buena suerte. Pero a eso de las diez de la noche, Joan aún no aparecía, lo cual me extrañó más cuando escuchaba su movil sonar una y otra vez y veía su mochila con todas sus pertenencias intacta sobre el sofá. Dónde había ido, no lo sé, pero su ausencia en aquella última noche, comenzó a preocuparme.

A eso de las once pm., suena el timbre, es Joan. Le abro la puerta y pasa directamente, con una expresión de extremo nerviosismo al salón. Cuando me ve a los ojos comienza a llorar como un niño, casi ahogándose con su propio llanto. Yo lo abrazo, mientras intenta calmarse para soltar las primeras palabras del episodio más desafortunado de sus últimos meses (Y eso que no estamos hablando de un tío afortunado en la vida).

Y procedió a contarme "Iba por el paseo San Joan, corriendo hacia la agencia de alquileres que ya estaba por cerrar, cuando un policía me dice -Alto!, me encañona con una pistola, me arroja al suelo y me dice -Dónde está el arma!, -qué arma! -le respondo muy nervioso desde el suelo- -si en mi vida he tocado una pistola! -ahá! -replica- -eso significa que vas a tener problemas. Dónde la arrojaste!! -Que no tengo ninguna arma. En ese entonces comienzan a rodearme policías de la guardia civil, la guardia urbana y civiles. Yo acojonado en el suelo, mientras el poli me hace levantarme. Lo civiles comienzan a interrogarme con la arrogancia y desprecio con que solo se trata a un delincuente. -Por qué corrías! de qué escapabas! -me preguntaba el detective- Y yo temblando le contesté -Porque iba a la agencia a cobrar una fianza. Mañana parto a Londres y llevaba prisa. Y me dicen, -Claro, llevabas prisa después de atracar el súper, verdad? El súper de la esquina acaba de ser atracado por un sujeto con tus mismas características. Pelo largo, gorra azul, y jersey negro. -Yo en silencio sin comprender lo que me estaba sucediendo. Luego comienzan a revisarme todo, mi cartera, todos mis bolsillos, hasta que dan con un fajo de billetes. -Y esto, qué es! -Me preguntan, como si hubieran encontrado la prueba máxima-. -Es la pasta que me dio mi abuela para el viaje. Le repito que mañana parto a Londres. -Ahá, así que la pasta de la abuela. El tema es que me tuvieron en la mitad de la calle, rodeado, por más de dos horas. Me habían confundido con el asaltante de un súper y todo coincidía. Mi prisa, mi gorra azul, mi jersey negro y una buena suma de pasta: todo calzaba con la descripción de la testigo. Finalmente, me tomaron una fotografía instantánea de mi rostro y luego de unos minutos se la enseñaron a la víctima del atraco. Esta dijo que yo no era el asaltante. La policía llamó a mi abuela para preguntarle si tenía un nieto llamado Joan, si éste partiría mañana de viaje y si ella me había dado pasta. Mi abuela confirmó la información y me soltaron. Yo solo les dije -Me quedo tranquilo con una disculpa. Y uno de ellos se disculpó mientras el otro intentaba explicarse."

Entre sollozos Joan concluyó su historia y yo sorprendida no lograba comprender cómo solo por sospecha te pueden encañonar con un arma y arrojarte al suelo. Insólito, no? quién paga ese daño psicológico de verte reducido a un ser miserable? a un delincuente? Nadie. "Es el procedimiento", según explicaba el policía.

Con Joan concluimos que su mala suerte esa tarde había traspasado los límites, porque iba vestido exactamente como el ladrón, corriendo como un delincuente y con una buena suma de pasta en su poder. Y es que cuidado! porque en Barcelona no se puede correr! ya que implica estar huyendo de algo y eso es muy sospechoso. Y cuidado! que las apariencias engañan!

Esta historia es completamente real. Sucedió la tarde del 27 de marzo en esta ciudad. Y afortunadamente Joan pudo viajar a Londres.

miércoles, 28 de marzo de 2007

Lo que hacen las gafas

Aquí otro video medio guarrillo sobre gafas. Cuando el tío se saca las gafas ve la realidad y vaya qué triste realidad!!!

Todavía espero que me posteis situaciones en que os gustaría haber estado sin las gafas!!
El próximo post será sobre los pormenores que ha provocado la frágil visión, pero esta vez no la mía, sino la de otro.

lunes, 26 de marzo de 2007

Una situación en la que me hubiera gustado andar sin gafas

Un amigo que me posteó en el blog, me hizo reflexionar sobre las situaciones cotidianas en que definitivamente nos gustaría andar sin gafas. En una ciudad como Barcelona, donde pasa TODO ante tus ojos, hasta las situaciones más surrealistas, uno se pregunta porqué coño tengo que estar viendo esto o lo otro?? Como decía el principito, "Ojos que no ven, corazón que no siente". Esto también sucede (y con bastante frecuencia) con ciertas personas, cuya presencia o aparición inesperada, te hacen desear no haberla visto y seguir como si nada, pero hay algunos (como yo) a quienes nos cuesta disimular esta presencia súbita.

Por eso os quiero contar una anécdota a ver si vosotros os animais a contar alguna situación en que os gustaría haber estado sin gafas. Intentaré resumirla lo máximo posible, porque la idea de este blog no es aburriros.

Luego de disertar un proyecto grupal ante todo el curso y el profesor en la universidad, me entregué a los comentarios y críticas. Yo había diseñado un logo que para mi gusto estaba bastante bien, creativo, colorido, adaptado al público objetivo, etc. Pero el profesor comenzó a machacarme y a intentar pillarme por donde pudiera y se enfocó a criticar mi logo por completo, diciendo "Pero qué es esto!! si parece un logo de una secta religiosa del S.XVIII!!", "no comprendo cómo pretendeis que este logo pueda representar un proyecto de estos días", etc. etc..

Entre otras críticas duras que nos hizo el profe, la del logo fue la que más me dolió (porque yo había sido la humilde autora). Y al salir de clases, me fui con una compañera caminando rumbo al metro. En el camino, mi compañera intentaba subirme el autoestima diciéndome que estaba muy bien el proyecto y que le había encantado el logo. Y luego, pasamos directamente al cotilleo y comenzamos a hablar del profe. Mi primer comentario fue "Es que no puedo comprender cómo EL me viene a criticar el logo, con las corbatas horribles que usa!!" "Es decir, con qué autoridad moral, me hace una crítica estética, si no sabe vestirse este pobre tío".. y continuábamos sucesivamente, hasta que yo le digo a mi compañera "tendrá mujer o algo este hombre?? no sé, alguien que le de alguna opinión sobre su vestimenta!!" "Bueno, quizás es gay o separado, pero seguro que no vive con ninguna tía..." y así continuamos camino al metro cotillando hasta la muerte!!

Cuando voy bajando la escalera del metro me doy vuelta y veo al profe que iba justo detrás mío y había oido todo!! joder! pensé que me iba a explotar la cara del calor que se me había subido. Y en ese momento pensé, porqué lo tuve que ver!! preferiría no haberlo visto y ni haberme enterado de que él iba todo el rato detrás mío. Ahí pensé, si no hubiera llevado mis gafas, no estaría pasando esta tremenda verguenza.

Al verlo, inmediatamente le dije "No me diga que escuchó todo" y él me responde con un movimiento de cabeza afirmativo. Y yo le digo "Nooo y me abalanzo sobre él en una reacción desesperada, como intentando abrazarlo y disculparme", y él me dice "Pero no tienes para qué enfadarte tanto mujer!!" y yo repitiéndole que me estaba muriendo de verguenza, que me disculpara y antes de subir al vagón le digo "Bueno, al menos tómeselo como una crítica constructiva..." Y algún resultado dio, porque a la siguiente clase el profe venía con una corbata bastante más agradable a la vista.

En fin, esta es una historia en que no me hubiera gustado ni enterarme de que el objeto de mi conversación estaba oyendo todo. En definitiva, hubiera preferido andar sin mis gafas, porque como decía al comienzo "Ojos que no ven, corazón que no siente"

A ver si alguien se atreve con alguna historia en la que os gustaría no haber visto, o andar sin gafas!

jueves, 22 de marzo de 2007

Con o sin gafas?

Aún no me he decidido si prefiero a la mujer fácil o la ejecutiva, o si me quedo con el taxista o el profesor. Hoy en día, usar gafas no significa ser intelectual ni ejecutivo. Como están las cosas hoy por hoy la imagen del intelectual con gafas se ha masificado (mucha gente usa gafas por moda o por representar algo...) y por lo mismo llevar gafas ya no representa ningún estigma de ese tipo. Es la modesta opinión de alguien que con gafas no parece más que una lechuza.




miércoles, 21 de marzo de 2007

Todos los gatos son negros?

En cuanto al video del post anterior, sí que es un poco guarrete, pero a cualquiera le puede pasar, no? a mí me causó mucha gracia porque hace pocos días me pasó algo similar, ya que sin gafas todos los gatos son negros y los postes son transparentes...

Luego de vivir el duelo tras el robo de mi bici, entré a loquo y encontré una bicicleta por solo 20 euros. Considerando que ésta no me duraría más de dos meses por el promedio de robos de éstas en Barcelona, no lo dudé y quedé con el dueño. Me entregó la que actualmente es mi pistera "sombra", porque me acompaña a todos lados. Claro que los pedales incluían unos metales que se adherían a tus pies y el aciento alto me dejaba con la boca apuntando directamente al pavimento, en fin, una bici de la muerte, que tras una tarde de tuercas adapté a mi pequeña figura.

Mi bici de la muerte, me abandonó en un par de ocasiones cuando me arrojó a la calle en situaciones impredecibles como la repentina salida de un coche o un taxi acorralándome hacia la vereda. Pero yo siempre digna, sobándome en silencio y continuando mi rumbo. Aunque siempre intuyendo que alguna vez esto podría llega a mayores, a experimentar lo que la vaga sabiduría humana no ha logrado explicarse.

Hace exactamente una semana, salí de marcha con unos amigos y por pretensión o incomodidad (no recuerdo el motivo preciso), me quité las gafas. Al revés de los cristianos, el alcohol me provoca una sensación de ver mejor. En vez de ver doble como a muchos les suele suceder, yo veo más nítido, aunque no lo creais. Es un efecto psicológico que me hace quitarme las gafas en medio de la noche y continuar la juerga con este par de ojitos defectuosos que me tocaron.

Luego de pasar una noche de puta madre en el bar de Juancho, cogí mis pertenencias y me monté a la bici en dirección a casa y cruzando raudamente la rambla se me atreviesa un poste que no había pronosticado en mi camino y cuando frené bruscamente con la rueda delantera la bicicleta se volcó hacia adelante y con ella su temeraria dueña. Todo por andar sin gafas, porque os prometo que a esas alturas el alcohol se había evaporado de mi cabeza. En ese momento recordé que había olvidado las gafas donde Juancho y mientras me sujetaba la barbilla, que me dolía un montón, pensaba que ya era hora de comenzar a usar lentillas.

Sin exagerar os cuento que mientras sujetaba mi barbilla, la sangre comenzó a escurrirse por todo mi cuello, tiñiendo mi jersey, mis pantalones y parte del cemento de este concurrido pasaje turístico. Cuando miro a mi alrededor veo a una serie de personas de diversas anatomías y orígenes rodeándome sin hacer nada. Solo un chico que decía ser armenio se me acerca y le cojo la mano diciéndole que estoy bien, que no se preocupe y él me insiste en que deje atada la bici, porque la ambulancia me está esperando. Miro a mi costado y efectivamente una ambulancia para mí solita, debo confesar que la experiencia de andar en ambulancia me dejó flipando, pero lo que más me flipaba era que se montara semejante chollo por una simple herida cuyas dimensiones aún no había calculado. Hasta que llego al hospital y me comienzan a coser la barbilla: uno, dos, tres, cuatro y cinco puntos. Mientras el doctor me insiste que este tipo de herida es la que él suele atender en niños de cinco años (o en una señorita de 26 sin gafas pensaba yo).

Regresé a casa triste y abandonada caminando por la misma rambla que me vio morder su suelo, la bici quedó castigada en un rincón de ella, aún no me atrevo a ir por ella, las gafas ya fueron recuperadas, pero pienso que ese poste no se me habría atravesado si hubiera llevado lentillas, cuándo me modernizaré?

Y qué tiene que ver mi historia con el video que acabo de postear, simplemente en que a ella se le atravesó una palanca de cambios y a mí un poste....

martes, 20 de marzo de 2007

NECESITA UNAS BUENAS GAFAS

Doy comienzo a este blog porque últimamente han sido muchas las anécdotas que quiero compartir con vosotros. También quiero que éste sea un espacio para mostrar algunos videos divertidos que suelo pillar en la web y guarradas con las que uno se topa en el ciberespacio.

Primero quiero hablaros un poco sobre mí. Soy una chica de 26 años que aprecia antes que todo la vida cotidiana y que vive despierta el presente -en el cual le sucede de todo, dicen que la realidad supera la ficción-. Lo que más me apetece es viajar, si no lo puedo hacer vía tierra o aire, lo hago soñando despierta. Por eso siempre estoy con los ojos abiertos, aunque éstos no me dejen ver como quisiera.

Espero que les cause "algo" este video un poco guarró que a mí me partió de la risa y me identificó bastante. No seais mal pensados, en el próximo post os contaré porqué.